¿Por qué tenemos que hablar sobre aborto?

Conversar, hacer preguntas y reflexionar sobre el aborto son prácticas que no queremos dejar de lado, no sólo porque son herramientas fundamentales para difundir información clara y confiable sobre nuestro derecho, sino también porque son ejercicios que simbólicamente transforman las realidades y vivencias de aquellas personas que deciden ejercerlo.

Abortion
Health
13/7/2025

A lo largo de los últimos tres años, Jacarandas se dedicado a la construcción de diálogos seguros y cuidadosos entorno al aborto. Conversar, hacer preguntas y reflexionar sobre el aborto son prácticas que no queremos dejar de lado, no sólo porque son herramientas fundamentales para difundir información clara y confiable sobre nuestro derecho, sino también porque son ejercicios que simbólicamente transforman las realidades y vivencias de aquellas personas que deciden ejercerlo. 

Una de las preocupaciones más frecuentes entre las mujeres y personas gestantes que escriben a la Línea Jacarandas se relaciona con el impacto del procedimiento de aborto sobre su bienestar psicológico. La angustia, zozobra y desasosiego que comparten con nosotras cientos de personas tiene mucho sentido, pues como lo hemos discutido en otras ocasiones, la difusión irresponsable del mito del “trauma por aborto” ha llegado a permear nuestra imaginación a tal punto que puede impedirnos tomar decisiones sobre nuestros cuerpos. 

Por esa razón, el día de hoy queremos retomar una premisa clave, tener un aborto deseado no está asociado necesariamente con resultados negativos para el bienestar psicológico de las mujeres y personas gestantes. De hecho, otros factores contextuales como ser víctima de violencia de pareja, antecedentes de abuso o negligencia, y la presencia cierto tipo de sintomatología antes del aborto son variables más íntimamente ligadas con la posibilidad de experimentar mayores niveles de estrés o tristeza tras el acceso al procedimiento.

Y entonces, ¿qué importancia tiene que hablemos sobre aborto?

La investigación, en adición a lo anterior, ha documentado que la percepción sobre el estigma con respecto al aborto juega un papel importante en el bienestar psicológico de las mujeres y personas gestantes que llevan a cabo el procedimiento. Así las cosas, el estigma no sólo puede configurar una barrera para considerar evaluar las diferentes opciones disponibles ante un embarazo no deseado; sino también es un factor social que puede moldear esta experiencia como altamente estresante o satisfactoria para las mujeres y personas gestantes. 

Entonces sí, hay que hablar de aborto, pero no hablar por hablar. Tenemos que hablar desde una mirada libre de prejuicios, abierta a las experiencias particulares de las mujeres y personas gestantes y, sobre todo, hablar dejando espacios para los sueños y proyectos de vida de las personas. Conversemos, desde información clara y basada en la evidencia, que no promueva el castigo o la fiscalización de nuestros cuerpos. Preguntemos, siempre partiendo de que se trata de una decisión legítima, sin tomar una postura dónde juzguemos a otras y otros. Reflexionemos, abriendo espacios para que las personas cercanas tengan la tranquilidad de contar con nuestra escucha y apoyo cuando lo necesiten. 

¿Quieres seguir hablando sobre aborto? ¡Escríbenos a la Línea Jacarandas!

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